miércoles, 18 de junio de 2008

La vida hippie

Qué raro que es todo -me decía hoy comiendo un pedazo de budín- que haya gente que le guste esto.
Mirabas abajo y el cementerio de pasas de uvas parecía recién exhumado.
-El otro día lo ví a mi ex
me dijo esta mañana Ailín
-¿Le escupiste un ojo?
-No, pensé que lo iba a hacer cuando lo viera pero me terminé mi paquete de pasas de uva.
-Ahhhh
Menos mal que me daba la espalda y no vio mi expresión y no por lo asqueroso de su snack. La "chica natural", "vegetariana temporal" masticaba su bronca junto con las pasas de uva. No chocolate, no jamón crudo o algún otro fiambre para el amante de lo salado, no otra cosa más pecaminosa y reconfortante. Pasas de uva.
Debo reconocer que no soy afecta a acercarme a los hippies tanto así como a los raros y boludos que hay en la carrera. A los segundos porque son insoportables, a los primeros simplemente por el olor. Recuerden que Dios me ha dotado de un extenso apéndice nasal y no dudo en usarlo en ningún momento con increíble agudeza. Pero Ailín es distinta... está limpia. Además de su buena onda, por supuesto y de que extrañamente seamos parecidas. Bueno, quizás no en todo.
Más allá de una elección, creo fervientemente que esta clase de vida se elige con consciencia pero principalmente por gusto. Y habla la chica rara que lee los libritos que hablan en unas lenguas muertas que ya no se usan más activamente en ningún lugar del mundo. Jamás sería hippie, los bichos me espantan, cuido la naturaleza dentro de mis posibilidades lo que no significa que me iría al medio del campo a pasar el resto de mis días. Sé que muchas de mis opiniones están basadas en los prejuicios del outsider pero nunca me molestaron (bueno, excepto por esa fobia al jabón que en pleno noviembre te hace maldecir interiormente por haberte sentado detrás del de rastas). Y soy la primera en quejarme porque el resto te clasifica como el nerd con una imagen mental completamente cerrada y lo más alejada de la realidad que se pueda.
En fin, no planeo extenderme en mis razones de distanciamiento del movimiento verde. Paso a lo siguiente: una vez me confundieron y creyeron que era hippie o por lo menos, que tenía esa onda. Vestía el tal día, una pollera larga degradada en dos clases de verde de (inserte nombre de tela aquí), sandalias negras y un pullovercito negro porque estaba refrescando. Recién llegada de Las Grutas hacía pocas semanas, lucía también una trenza playera en el pelo. Inmediatamente después que el confundido supo mi carrera, sacó las conclusiones pertinentes. Yo me quedé mirándolo como si me hubieran dicho la pavada más grande de mi vida. Luego me dijeron peores, no desesperen. Y con esto vuelvo al prejuicio y a lo mal acostumbrada que está la gente a querer clasificar inmediatamente lo diferente apenas no cabe en sus esquemas determinados. Gracias a Dios no estudié contador como quería mi madre o abogacía como anhelaba mi padre. No porque hubiera cambiado la esencia sino porque muy probablemente el simple hecho de trabajar por la plata y no por la satisfacción de hacer lo que a uno le gusta me hubiera desgastado y vuelto chata.
Ahora pienso, desgraciadamente de manera errática va esta reflexión, en las modas. Otro agujero negro del que hay que apartarse. Tribus urbanas, emos, neohippies, etc etc etc con el discurso de ir contra la sociedad cuando son una de las partes más activas de la misma. La cultura de masas absorbe hasta lo que se rebela contra ella, en el caso de estos grupos no hizo falta de mucho. La propagación de internet fue un factor casi decisivo... la utopía real que empieza a salirse del molde. Arma peligrosa, de doble filo. Es una lástima que tantos jóvenes vivan engañados de una manera tan evidente. ¡Por favor! saben menos de la vida que yo y eso que me declaro ignorante en cuanto al vivir... hay demasiadas cosas que los libros no te enseñan. Levántense, declárense en contra, hagan ruido. El ama de casa que mira la novela de las dos de la tarde los ve en la televisión y no es diferente a ustedes. ¿Quieren destacarse, sobresalir, llamar la atención, REALMENTE repudiar esta vida que nos ha sido dada en el mundo? Bien, perfecto, no hagan de ello una moda, allí perece todo gesto de rebeldía para pasar a convertirse en eso a lo que se opone.
Es por esto que creo que hay hippies de y moda hippies posta (escasos pero si los quieren hallar,de cualquiera de las dos categorías, vayan a Humanidades). Yo creo que Ailín es posta posta. Nadie en su sano juicio andaría por la vida comiendo pasas de uva como quien come pochoclos. No lo sé, la conozco poco. Pero lo poco que sé de ella me parece genial y digno de ser puesto como ejemplo. Hay tanta poca gente genuina, ella lo es.
Y hoy me dediqué de a poco a reflexionar sobre estas cosas y también en pensar de lo que aborrezco la fruta seca mencionada ut supra y de las cantidades abismales en las que mi padre las vierte en todo tipo de comidas, sean budines, sean empanadas, sean rellenos de pollo. Whatever, yo continúo mi trabajo sacándolas una por una y es un fastidio cuando alguna logra pasar camuflada. Se la mastica porque uno no va a andar sacándosela de la boca (más si hay gente mirando) y a tragarla rápido para pasar el gusto cuanto antes. Desde chica mis gustos se fueron ampliando; recuerdo cuando no podía pasar el jamón crudo o el lechón arrollado (cosas que ahora me apasionan) sin embargo el recuerdo de la tacita llena de pasas de uva que mamá me obligaba a comer a riesgo de arcadas no pasó la prueba del refinamiento del gusto. Es bueno, igual, saber que después de tanto tiempo, al menos, algunas cosas permanecen como siempre en el fárrago de la vida que no se detiene a ver quién ha quedado en el camino.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ailin es unica mi pequeña chinchin, me ha ayudado tantas veces, es como mi yo no reprimido, siempre lo pense. Si algo va en contra de sus principios no lo hace y punto. Se mete en cosas a sabiendas de lo q hace. No se queja. Hace lo q siente, lo q quiere. La a mo
beso
ah, y es bambula

lairedepunta dijo...

bambula como la tela?