Me aprieto bien los botones de la capa. Salgo a la calle armada con la sonrisa complaciente. Todo está bien, no pasa nada. Adentro me muero de calor pero no se me escapa ni una gota de sudor. La pintura está implecable y gruesa.
El autoengaño de que no duele y la sonrisa complaciente.
Saludo amable, de compromiso. La capa intacta, la pintura también. No se cuartea, pensé que era más endeble... en fin, mejor, ¿no? ¿para qué insinuar la carne y la sangre por debajo?
No sé realmente cuál es el problema con este mundo. Cada vez más me convenzo que soy yo pero no entiendo cómo. "Yo era tan pequeña"
Tengo las memorias hilvanadas y presentes. Uno crece pero no se da cuenta.
Por eso, mejor quedarse adentro. Dejar la capa pesada y la sonrisa en un rincón. Nadie entra ni sale. Imposible decepcionarse... a menos que uno se decepcione de sí mismo.
Efectos del Turismo sobre los Ambientes Acuáticos.
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* INTRODUCCIÓN*
Los viajes han existido siempre. Pueblos y personas se han desplazado de su
lugar de origen desde tiempos remotos por los más diversos moti...
Hace 8 años
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