lunes, 28 de noviembre de 2011

Y que cumplas muuuchos máaaaaas!

Hola a todos. Este año estoy en rejodida (?) entonces saqué mi día de cumpleaños del facebook. Pero como soy realista no voy a esperar que me saluden para invitarlos porque dudo que alguno se acuerde (excepto por aquellos que sí se acuerdan, en ese caso, ignoren lo antedicho). El miércoles a la noche, no sé, tipo 9/9.30(?), si quieren pasar a saludarme, voy a hacer algo de comer... nada demasiado sofisticado, es sólo una pequeñísima celebración para mí y aquellas personas que sí se merecen estar entre mis invitados. Traigan alguna bebida... es día de semana así que no se vayan al carajo. Vayan confirmándome así veo qué catzo compro. Besos y abrazos afectuosos.


Creo que se va a volver costumbre el postear mis invitaciones a cumpleaños jajaja

sábado, 15 de octubre de 2011

De niños chamuscados y literatura infantil.

Hace un par de años cuando cursé Literatura Escandinava como materia/seminario aparte, me quedó grabado a fuego aquello que dijo el profesor que

Los cuentos de Andersen no son recomendables para los niños

En la actualidad, cuando mi niña interna escucha Rammstein, trae a la memoria esta frase y de pronto se pone a indagar (y sí, por qué no, siendo tan curiosa de boludeces), encuentra una canción que le trae a la memoria estos cruentos cuentos. Su nombre, Hilf mir o Ayudame, narra la desafortunada aventura de un niño que se prende fuego al jugar con una caja de fósforos mientras su madre no estaba en su casa.


Aquí el video con letras en alemán y español para el amado público.
Prosigamos.
Por supuesto que semejante tema no es para nada extraño en la temática del grupo. Aún así, me temo que este tema se inspira en un cuento infantil escrito por Heinrich Hoffmann en el SXIX. A continuación inserto la debida traducción:

'Die gar traurige Geschichte mit dem Feuerzeug' (La Trágica historia de Paulina y los Cerillos)

Los papás de Paulinita
la dejan sola en casita
La niña corre, jugando
con su muñeca y cantando,
hasta que -¡Oh, maravillas!-
ve una caja de cerillas.
"¡Qué juguete! ¡Qué bonita!",
-dice, al verla, Paulinita:
"Voy a probar a encender,
como mamá suele hacer"
Pero Mina y Minz, las gatas,
alzan a la par sus patas
y chillan:
"¡Ay, miau, miau, no, no, Paulina!
¡Terminarás quemadita!"
Paulinita desatiende
el buen consejo, y enciende,
como se ve en la figura,
la cerilla -¡ay, qué locura!-
mientras salta de contento,
sin descansar un momento.
Pero Mina y Minz, las gatas,
levantan, locas, las patas:
"¡Tu mamá te lo ha prohibido!",
le dicen, con sus maullidos:
"¡Ay, miau, miau, no, no, Paulina!
¡Terminarás quemadita!"
Las llamas -¡ay!- han prendido
en la manga, en el vestido,
la falda, la cabellera;
¡Se quema la niña entera!
-¡Ay!- Mina y Minz, las gatitas,
¡cómo chillan, criaturitas!
"¡Auxilio!, ¡Ayuda, por favor!
¡Arde la niña, oh, pavor!"
"¡Miau, miau, traigan agua!
¡Qué espanto! ¡Miagua, miagua!"
La niña -¡qué gran tristeza!-
ardió de pies a cabeza.
Quedaron sólo cenizas,
y rojas, dos zapatillas.
Y Mina y Minz, las gatitas
lloran, lloran ¡pobrecitas!
"¡Qué tragedia, miau, miau miau!
¿Cuándo vendrán, papáu, mamáu?"
Y derraman, tristemente,
de lágrimas un torrente.

No le va en desmedro, verdad?

Si repasamos la literatura infantil de esa época, recordamos el profuso amor de estos autores por el fuego... o la falta de él, como La fosforerita. El soldadito de plomo se funde en la hogera, la sirenita se suicida. Después de tanto dulzor artificial de Disney, estos finales no nos parecen tan malos... o es que estamos tan quemados de la cabeza como la gente de esa época? Pienso, luego, aso...

Hay que reinventarse cada día uno mismo. Félix Menkar


Propósito para una tarde naranja de otoño: convertirse en camaleón. Llorar por la belleza robada, por las lunas de Orión y la tragedia humana. Desplazarse bajito sin molestar a los idiotas del disimulo, por si se enteran y te descubren diluyendo la cultura en los territorios del arte. Poco te puedo decir, no me queda tiempo, estoy continuamente hablando. Habito entre depredadores; tengo pocas esperanzas de establecer pactos con ellos. La civilización reniega del progreso y éste reniega del concepto de existencia. Los humanos creamos armas para matar los sueños y también losas para enterrarlos. Educación para la morralla y libertad para los recluidos mentales, victimas de la intolerancia de los normales. Me miro en el espejo y descubro en lo que me has convertido, indigno manipulador, príncipe de la infamia, abomino de tu existencia mediocre. Si, castígame por mi insolencia, por mi osadía; te sentirás satisfecho, cumple con tu obligación, has sido educado, te han preparado para ello.
  
Félix Menkar.

viernes, 7 de octubre de 2011

Hágalo ud misma! Atado con alambre.

Si a ud. se le zafó un tendón de la espalda ya le diremos cómo arreglarlo con elementos al alcance de su mano!
Busque una venda. No tiene? algo parecido... como por ejemplo el cinturón de Taekwondo. Ya lo tiene? Envuélvase la zona afectada con el mismo.
No es suficiente. Necesita una faja. No tiene faja? Busque algo parecido. Como el corsé que usó para un casamiento bordadito con maripositas. Póngaselo arriba. Ya está? Le sigue doliendo?
Bueno, vístase como pueda y salga a comprar Diclofenac con eso puesto pero ocúltelo porque ciertamente se verá muy ridícula.

lunes, 3 de octubre de 2011

A sangre fría

Por esa morbosa curiosidad siempre me pregunté cómo sería matar a alguien. Ver las tripas o ver el cuerpo muerto... cómo reaccionaría el mío? Descompostura? Asco? Ira? De todas las reacciones posibles jamás me imaginé la indiferencia. Indiferencia para entrar en un cajero automático, robar a la embarazada y dispararle en la panza... se necesita indiferencia, ni siquiera hijaputez, indiferencia. Indiferencia para violar y matar una nena y dejarla tirada en una bolsa de consorcio negra. Indiferencia, es que ¡ay! nuestra sociedad ya es indiferente a todo; nada la conmueve, nada la toca. Indiferencia al punto de ver las atrocidades y no hacer nada. Esta mañana el micro iba hasta la chota (perdón la expresión pero es que así iba porque ninguna palabra le cabe para describirlo mejor) y tomaba, el colectivero, las curvas a toda velocidad... y nadie dijo nada, por su seguridad o la de los otros... nadie, ni yo, lo reconozco. Es que ya creo que la queja insistente pero ignorada siempre nos volvió artesanos de nuestras propias muertes y las de los demás.
Entre tanta bosta acumulada vuelvo al hecho de matar a alguien y de cómo lo puede traicionar a uno el cuerpo. Por ejemplo, en El corazón delator de Edgar Allan Poe, el protagonista es delatado por su propia psicosis y confiesa su crimen ante los policías que ni sospechaban. Por eso creo que nunca estuvo mejor aplicada la expresión "a sangre fría" puesto que se supone que no existe ninguna reacción para el asesino perfecto ante la víctima; ningún músculo que lo traicione en el acto puramente de matar.
Maté a muchas personas en mi vida y a su vez muchas me mataron; en sentido figurado, por supuesto. Pero siempre cuando te encontrás con el cadáver de alguno de ellos muy campante por la calle, la memoria nos traiciona y nos recuerda el "crimen" de expulsarlos de nuestras vidas. Y si, siempre alguna reacción tenemos; o hacernos los boludos, o correr la cara poniendo cara de orto, o esquivar la mirada. Todo se maneja con la lógica del "yo te maté, entonces te ignoro así seguís muerto porque sino te tengo que hacer volver a la vida". Pero es una voluntad de ignorar, más que de hecho. In fact, al reconocerlos y que nuestro cuerpo tenga una respuesta tal o cual, ya dejan de estar muertos y vuelven al presente y a nuestras vidas. El mejor asesinato a sangre fría es cuando esa persona ya pierde todo su derecho de sernos especial para bien o para mal y logramos que sea uno más de los mil billones de personas que habitan este planeta.
Creo que hace unas semanas hice mi primer asesinato a sangre fría con tal naturalidad que me sentí obscenamente satisfecha conmigo misma. Y como el destino es generoso con quien espera, me dio la posibilidad de matar ese cadáver dos veces en el mismo día. Logré que mis ojos vieran sin ver, mi corazón no sintiera ni odio, ni ira, ni venganza y no tuve siquiera que esforzarme por ignorarlo porque ya no era nadie para mí. Después de todo eso, sólo conseguí reírme de que yo seguía viva y que él estaba como siempre... muerto, o sea, igual que como lo dejé dos años atrás. Y tan poco importante fue que recién lo registro ahora y no en el momento y lo hago a colación de una reflexión anterior. Además, no niego el fin utilitario que es: chamuyo para una entrada de blog.
Así que, después de tantos años preguntándome cómo sería matar lo hice, por completo. Y cuál fue mi sorpresa al descubrirme que mi sensibilidad ya no se ve afectada por las muertes de los demás.

sábado, 1 de octubre de 2011

El parto difícil

Hola, por fin te conozco. Eras esa creación mía, tan chiquitita y rudimentaria que surgió de algo minúsculo pero de gran valor. De a poco fuiste creciendo, te alimenté con lecturas y críticas, con teorías y así gestaste un largo tiempo. Una vez que me pareció suficiente la espera me atreví a determinar cuál iba a ser tu sexo y así empezaste a constituir tu incipiente carácter, tu forma, tu gracia. Me ocupé de moldearte parte por parte, esbozarte, pulirte, releerte, mi chiquita, tanto tanto como si fueras de porcelana y hubiera que tratarte con el máximo de los cuidados y cuidar al máximo el detalle. Luego, vino el dificultoso día de hacerte salir a este mundo. Contracciones y más contracciones. Complicaciones. Angustias, desesperaciones. Tu vida estuvo en peligro, es justo que lo sepas. Y bueno, ahora estoy aquí después de dos semanas de labor de parto, viendo cómo se asoma tu cabecita, entendiendo finalmente la forma que adquiriste, una forma completamente dispuesta por mí. Hoy por fin ya puedo ponerte un nombre, querida monografía. En efecto, te llamé "Una cuestión de principios" y de apellido te puse algo más largo todavía. Pero no podías llamarte de otra manera. Espero que seas muy feliz en tu vida y me proporciones un 10 para el Seminario LC de la orientación.

martes, 27 de septiembre de 2011

El día del fin del mundo.

El día que se suponía que el cometa Elenin debía alinearse con la tierra y destruirlo todo en un pandemonium apocalíptico de terremotos, maremotos y otras cosas que terminan (o no) en -otos, me levanté a las 6.43 de la mañana, fui al baño y puse el agua para un matecocido. Fui a la uni en bici, el clima estaba húmedo y pesado, bastante nublado, sin embargo llevé mis anteojos de sol. Entré en el ascensor con la profesora que me tiró mi última monografía por la cabeza, quien me saludó y felicitó por la beca... no sin dejo de bipolaridad en la mirada. Me quedé traduciendo en el gabinete desde las 7.30 hasta las 10.30. Hablé con mi director que me dijo "Seguí así" o sea, seguí traduciendo los 400 versos que te quedan que vas bar-ba-ro y no me rompas las pelotas. Volví a casa con la bici al lado, hablando con mamá. Pasé por el lugar de notebooks y ya había llegado así que volví a llamarla a mamá y a Román para acomodar la compra. Llegué a casa, subí la bici, hice la tarea de alemán y almorcé. Me acosté a dormir la siesta a las 12.30 hasta las13.30. Fui a alemán, volví de alemán. Lloviznaba. Fui a averiguar por mochilas para computadoras para enterarme desagradablemente que están desagradablemente caras. Pasé por la panadería, me compré 4 chipás + pan. Los comí abajo porque no quería convidar. Subí para confirmar que no había nadie. Me hice un té, prendí la compu y en el face nuevo, en el que no me entero nada de nada porque cada vez es menos funcional, leo que a un contacto se le terminó la espinaca que pensaba hacer durar mucho... Ahora estoy subiendo esta entrada, sabiendo que hay cosas que me olvido, recién me volví a fijar por 2da vez la taza para comprobar que estaba vacía porque ya me tomé el té. Ahora capaz que me acuesto o me pongo a boludear y más tarde voy a Taekwondo si no pasa nada en el medio.
Nivel de tolerancia: Menos 5. Muy poca, por eso hoy repito Taekwondo.
Nivel de sueño: Más 7
Glucosa en sangre: No sé
Hambre: No, por ahora.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Traumberuf

La palabra alemana que se utiliza para denominar "sueño" tiene una similitud bastante perturbadora con la palabra española que se utiliza para denominar "trauma".

El porcentaje de personas que estudian alemán en Argentina (lo repite Frau Vetter pero nunca me acuerdo el número justo) está entre el 5 y el 10%. No es buena propaganda, no somos únicos y más mejores porque estudiemos alemán, somos los boludos que estudian un idioma que, dicen, en 70 años va a estar desaparecido dado el bajo índice de natalidad del país germano. Yo le diría a la profesora que no nos siga intentando convencer... yo ya estoy arriba del buque y lo decidí pura y exclusivamente por gusto. O sea, cuándo se ha visto que Irene estudie algo por conveniencia? Primero: eligió como profesión Letras. Segundo: eligió como profesión la licenciatura... ni siquiera el profesorado que tiene una salida laboral más inmediata. No, está claro que el factor decisivo en mi vida jamás fue la conveniencia. Ergo, estudio alemán, como tantas otras cosas raras a las que me dediqué a lo largo de mis 26 años.
De hecho, y sin intención de ponerme filosófica, supongo que mi Traumberuf es estudiar porque sí. Acumular conocimientos sin ninguna aplicación más o menos directa. Aprender cosas que me interesen, obviamente. Además, corro con la ventaja de que mis intereses son amplios y poco constantes ya que pueden variar y de hecho lo hacen con más frecuencia de lo que a mí me gustaría. En cuanto a la profesión de los sueños (traducción de Traumberuf), que es el tema del que trata la unidad que estamos viendo en este momento, supongo que existe para mucha gente. Lo que no existe son Traumberufe perfectas... no? No vivimos en un mundo perfecto, no le pidamos más de lo que ya nos da. En este momento considero que estoy haciendo UNA de mis Traumberufe (si, porque además, tengo varias) aunque no sea perfecta! Y estoy super contenta de haberlo alcanzado.
Y en cuanto a la utilidad... creo que los sueños no conocen la lógica del mercado y la demanda así que por mí, está bien mi universo de prioridades.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Las riendas del asunto

Para que quede bien en claro quién lleva las riendas en la relación, y como nadie quería hacerse cargo de la soga, tomé el asunto como algo personal. Román, tenés la soga al cuello........ cuak! No me importa si me dicen que es una entrada que no tiene nada que ver con el blog; como dije antes, es mío y publico lo que me viene en gana!!! Además el Lic. se lo merece!!! Felicitacionessssss!!!fuera de foco, pero muy artística....

Tomá! por portarte mal!

 El Lic. envuelto como un paquete para regalo
 Yo soy la conductora!
 un poco de amor para que camine un ratito más

 El "bolso biólogo". Super práctico para llamar la atención por la calle.
 La cornetita en la oreja


Vamo carajo!

Te amo Pooky.

lunes, 5 de septiembre de 2011

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viernes, 2 de septiembre de 2011

La escritura de la monografía

Había una vez un tipito que vivía en Asia Menor en el SII d.C. que se le ocurrió escribir cositas y el pancho con mostaza irrumpe repentinamente para autoproclamarse emperador del huevo frito viendo mis tetas que, honestamente, siento que están más grandes a causa de las preocupaciones de todos los días, Candela, la moto y el autoservicio donde venden sánguches de miga. El imperio romano era un quilombo, la verdad, un puterío, con razón estos tipos se mandaron a mudar y a escribir en otro lado porque con tanta orgía seguramente no se podrían concentrar; hoy pasa algo parecido con internet. Yo propongo seriamente que esto lo tenemos que analizar, dejarnos de romper las pelotas, sentarnos a traducir griego porque en los clásicos está todo, viste y nada. En los paratextos luciánicos podemos observar que la verdad que hoy hizo un día re lindo y no sé cómo poner esta idea acá o cómo acomodarla para que más o menos quede. Y bueno, en conclusión, digamos que está todo bien, el tipito se murió, el mundo siguió adelante hasta su próxima extinción el 21 de diciembre de 2012 para todo el que crea y el que no crea, bueno, se tomará un fernet con coca en la terraza, yo, por lo menos, planeo hacer eso. The end.

martes, 30 de agosto de 2011

To kiss and tell

La victoria es relativa pero la derrota es siempre absoluta.

Es infinitamente gracioso. Uno va por la vida quejándose por esto, por lo otro, por aquello, porque todo está mal, porque nunca se le da una. ¿Y qué pasa cuando una se da? Y no una pequeña, me refiero a UNA, a UNA de esas para recordar, UNA que a una (misma) la va a dejar bien parada y sin necesidad de quejarse para el resto de su vida. Si, esa UNA. ¿Qué pasa?... una (misma) empieza a buscar excusas.

Y pero fue suerte (bueno, ponele, pero igual, quedaste bien parada)

Y pero fue injusto para los demás (si, de acuerdo, pero te benefició)

Y pero y ahora? cómo se equilibra el universo? (bueno, si, ya empezamos a rondar la estratósfera de la pelotudez atómica)

Y pero cuál es mi aporte a la sociedad? (ok, mejor ya no acoto)

Principalmente porque una (misma) no puede dejar de hacerse la cabeza por absolutamente todo, también se siente culpable cuando le pasan cosas buenas y no cree haberlas merecido. Y es así que en los mails, en vez de poner de asunto "Me gané la beca" una (misma) pone "Me dieron la beca" tentada a agregar "... casi de culo y 100% de lástima, es más, intentemos que no se den cuenta de su craso error". Es que una (misma) vivió toda su vida teniendo una idea bastante pobre de sí. Supongo yo que es por eso que necesita tantos justificativos.
De todas formas, lo que a una (misma) le entró a joder más, merecimiento aparte, fue el hecho de tener que abandonar su "tareaparamejorarelmundo" del momento. Y si, vio? una (misma) tiene una consciencia un tanto perturbada y paranoica por lo tanto se cree que el país se va a ir a la mierda si deja de dar clases 4hs por semana en una escuela periférica. Noticia de último momento para una (misma): EL PAÍS YA ESTÁ EN LA MIERDA. Y yo sé que una (misma) cree fervientemente que hace la diferencia por más poquito que haga pero el renunciar a una beca para arrojada e irreflexivamente hacer un acto de heroísmo patriótico por $600 al mes ya roza el borde de la más recalcitrante pelotudez endémica y permanente.
Todas estas cosas pensaba una (misma) yendo a renunciar a la escuela el viernes a la mañana. Se puso a reflexionar sobre el heroísmo. De hecho: ¿qué es el heroísmo? pregunto yo al lector prudente. ¿San Martín, Belgrano, un bombero, un ama de casa, un científico, Superman? ¿Existen los héroes? Yo supongo que no, al menos no el héroe con mayúscula ya que debe ser desinteresado y aquí todos buscamos la trascendencia y la gloria, el vano reconocimiento.

Yo crucé los Andes

Yo liberé al planeta de Lex Luthor

Yo renuncié a una beca para darles clases, para que sigan tirando cohetes adentro del aula, para que sigan siendo insoportables y no aprendan nada.

No, no, nunca fui de las que alardearan sus razones de hacer las cosas. No es falsa modestia, es consciencia insoportable y desvariante. Además, ni que ellos fueran a reconocer el gran gesto que hubiese implicado.... no, sinceramente, tampoco lo pensé de manera seria mucho tiempo seguido. Ir a esa escuela me implicaba un stress pre y post traumático tremendo. Pero la reflexión sí surgió y sí me queda todavía en la cabeza. El país, está claro, necesita más héroes, más de los que YA tiene y existen. Esos que todos los días hacen la mínima diferencia y no dicen nada, como caballerosamente en las cuestiones amorosas... besan y no cuentan.

domingo, 14 de agosto de 2011

Pa' que sepan como soy

Abran cancha... y no se atoren que hay pa' todos y tupido,
tome nota la gilada que hoy da cátedra un varón,
y aunque nunca doy consejos, porque no soy engrupido,
quiero batir mi prontuario... pa' que sepan cómo soy.

No me gusta ser ortiva, ni nací pa' lengua larga,
y aunque me apure la yuta sé callar en la ocasión,
no le doy bola a los grasas que me miran y se amargan,
conservando la distancia sé engrupir con distinción.
En la timba soy ligero, yo nací pa'l escolaso,
no se afane la muñeca cuando sobra calidad,
yo conozco muchos vivos que cayeron en el lazo,
el que liga y se embalurda se deschava sin pensar.

Pa' las pilchas soy de clase
siempre cuido mi figura,
para conquistar ternuras
hay que fingir posición.
Yo conozco bien el fato
para mí el chamuyo es juego
lo bato sencilio y reo
pa' que sepan cómo soy.

Sé muy bien que entre los buscas hay algunos que me chivan,
y me quieren dar la cana por envidia o por rencor,
pero para mí no hay contra, los dejo tragar saliva,
son borrados que no corren, son bagayos de ocasión.
Con guita, cualquiera es vivo, son anzuelos los canarios.
La cuestión es ser un seco y que te llamen señor;
yo la voy de bacanazo, mas si junan mi prontuario
sabrán que soy sin más vueltas... ¡un porteño flor y flor!

sábado, 13 de agosto de 2011

Sos una bosta

El trabajo es una bosta
La gente es una bosta
El estudio es una bosta, la universidad es una bosta
La calle está hecha una bosta
Hacer deportes es una bosta
Esta comida es una bosta
No tengo ganas de tomar esta bosta
Mis amigos son una bosta
Mi familia es una bosta
El tránsito es una bosta
Estar solo es una bosta, estar con alguien es una bosta
Los vecinos son una bosta
Me revienta este gobierno de bosta
El país es una bosta
El mundo es una bosta
Sos una bosta, soy una bosta...
Bosta el que lee.............................................

jueves, 14 de julio de 2011

Qué triste...

Sí, no necesito que nadie me diga que tengo razón para tenerla. No necesito granjearme amistades para autodemostrarme que soy re copada y ganar personas para la causa. No necesito decirle a todo el mundo "hermano/a" para que me quieran más a mí. No necesito de nadie más que de mi y de mi buen juicio que me diga que nadie es mi Dios, nadie es mi señor, nadie me obliga u ordena mientras crea que hago lo correcto. No necesito siquiera tu aprobación, qué triste... qué triste que debe ser tu vida. Y qué triste, sobre todo, darte cuenta de que no te necesito, para nada.

Better off you... 100%

martes, 26 de abril de 2011

Depredador parásito

Así que seguís escondiéndote entre las sombras. Comiendo las sobras de mi alfombra. Saltando de un lado a otro de mis ventanas... sin ser un roedor, peor que un roedor, ni siquiera una pulga o una mosca... una alucinación, un reflejo o un recuerdo. Seguís retroalimentándote de la piel que se me desprende. Asqueada, mugrosa y desordenada, los ojos desorbitados habitando en los rincones de mi habitación...
¿Y quién era?
Ah, no, debió ser el viento. Acá no hay nadie.
¿Ves? así de insignificante.

jueves, 17 de febrero de 2011

(...) Y hubo un tiempo (oscuro, debo admitir) en el que esta confusión me había llegado a la médula de forma tal que nunca pensaba con absoluta claridad y las más diversas cuestiones se me presentaban de manera difuminada. Dadas estas condiciones, ocasionadas por mi última crisis existencial, era incapaz que sentir cualquier confianza o seguridad, cualquier mínimo rastro de certeza junto con una imposibilidad tenaz de retener cualquier contenido que mis intestinos pudieran albergar por un lapso no mayor a dos horas (lo que me hizo perder los pocos kilos que me daban un aspecto levemente saludable). Estaba fisurada. Y por esa hendidura se escapaba cualquier vestigio de tranquilidad y paz mental que pudiera tener.
Mi inhabilidad patológica para creer en las personas se exacerbó tanto que prácticamente me encerré en mis cavilaciones noche y día, convirtiéndome en una persona completamente huraña. Este aislamiento produjo muchas obsesiones y muchos desvelos. Conseguía dormir sólo dos horas por día. El resto del tiempo leía sin parar sin que nada lograra penetrar realmente en mi cerebro dejando una huella medianamente duradera. Todo lo que conseguía era pensar en que las lombrices (mi animal predilecto de aquella época) podían sobrevivir y moverse una vez diseccionadas. Así me sentía yo también, rota. En cierto sentido, me movía sola, vaya a saber por qué extraño impulso de qué remoto mecanismo primitivo lo hacía. No me mataba por la sola curiosidad que todo esto me provocaba. Si mi crisis de fe y confusión extrema eran un verdadero calvario, la parte de mí que se abstraía, estaba ansiosa por ver qué nuevo sufrimiento me haría pasar mi mente atribulada.
Fue así que todavía no entendía cómo, siendo yo, parte de algo más grande, podía moverme sola, respirar, existir... precisamente, fue antes de la revelación, cuando yo todavía creía que dependía de las demás personas para existir y para que Dios o quienquieraquefuera me notara, a mí, pequeña hormiga, en este mundo/selva.
Hasta que comenzó a ser evidente. Fue como una certeza, en el desayuno; más bien, en el quinto desayuno del día, ya que al dormir sólo dos horas, las comidas no seguían necesariamente un orden o una jerarquía o se limitaban a una cantidad determinada de veces por día. Ví el cuchillo de untar, el único cuchillo que todavía estaba limpio y no se apilaba en la pileta de la cocina esperando ser lavado. Sin filo, claro, no me servía para cortar el pan, pero podía despedazarlo. De la misma forma con que ví mi dedo índice sangrando levemente luego de que me lo mordiera accidentalmente al llevarme un pedazo de pan trozado a la boca. El dedo, era funcional a la mano, pero al llevarlo a una escala más grande, como por ejemplo, el cuerpo humano, era casi insignificante.
Corrí al cajón, me había olvidado de nuevo que los cuchillos estaban para lavar. Tomé del agua medio estancada y putrefacta de la pileta, la cuchilla carnicera. Apoyé el índice en la tabla y apunté con el pulso acelerado y la puntería un poco torcida. Alcé el brazo y no dí ni cerca... los nervios, la emoción. Apunté mejor, medí la distancia, estaba temblando, mi pulso se aceleraba. Emocionada sentía que la bruma se corría, que finalmente estaba empezando a entender todo... por primera vez en mi vida!. Mi estado mental, incluso, me llevó a creer que hasta el cuarto estaba más luminoso. Las fichas comenzaban a caer, una por una por una en una catarata que me inundaba. Estaba acercándome al conocimiento, por qué detenerme en el dedo? ¡El dedo no era nada, nada! Las gotas de sudor se resbalaban por mi rostro e iban a parar a la cuchilla mugrienta que marcaba mi dedo. Bajé la hoja hasta la muñeca. Una mano, sí, una mano. Las lágrimas de auténtica felicidad ante mi futuro muñón brotaban como una fuente que no paraba. No nos detengamos, oía yo en mi cabeza, vayamos también por el codo. Describiendo una línea con la punta de la cuchilla llegué a la coyuntura... no necesitaba mi brazo entero, no necesitaba nada ni a nadie, yo era yo y era lo mejor que me podía haber pasado en mi vida. Sabía que el brazo sin mí no era más que carne, mientras que yo seguiría siendo yo... Comencé a sentir el frío de la cuchilla apretando mi piel, incrustándose de a poco, brotando la sangre, cayendo y fluyendo por el brazo. Apreté, alcé la cuchilla y la mantuve en el aire hasta que sentí que me sofocaba. Allí, de un golpe seco, bajé mi brazo y me detuve a dos milímetros de distancia del codo. Dejé caer la cuchilla a un lado, ya sin fuerza y me tiré al piso a llorar de felicidad. Podía cortarme el brazo, sí, pero resultaba que, ahora lo necesitaba para planear mi venganza.

lunes, 14 de febrero de 2011

No voy a pedir perdón.

No voy a pedir perdón ante quien no lo merezca. No voy a sentir culpa por algo que no es un pecado. No voy a avergonzarme de ser humana, de tener mis errores o aciertos y de tomar, a veces, las decisiones menos populares. No voy a cargar con un delito que no es tal. No pienso rebajarme una vez más ante quien se alza como juez atribuyéndose poderes que no posee. No herí, no traicioné, no mentí. Simplemente fui y soy feliz, que le duela a quien le duela, esa persona ya no puede llamarse mi amiga.