jueves, 21 de mayo de 2009

Yellow


"New Forms.- Mark Rothko": Philippe Abril

Look at the stars, look how they shine for you.*

Look at the stars, la colilla en fondiú...**

*Coldplay, Yellow
**Interpretación paisana de lo que dice Coldplay en la canción Yellow. Canciones locas 1, Youtube.

Es insistente insistente esta manía de estar sola y acompañada con mis pensamientos todo el tiempo. De yapa no son muchos, sólo dos o tres que se repiten hasta el cansancio. Camino sobre arena amarilla hacia un ocaso amarillo y ventoso, el mar se ha olvidado de mí hace tiempo. No llego y ya olvidé el motivo del peregrinaje. Caminar por caminar y siempre sola. No, sola no, con mis voces que no se callan. Como mi vecina con su música. Ella también llora. Todos lloramos, no? cada cual por lo suyo. No creo que su música estridente consuele sus lágrimas.

Yo no tengo motivos para llorar y lo hago. Tengo motivos para detenerme y camino pero hacia lo amarillo. Qué solo se está uno en este mundo, salvo, como dije por las voces. Será que si las callo me espera la aridez del desierto sin mar... para mí y nadie más?

Qué solo se está uno con la arena entre los dedos, la arena del reloj. Como dice Girondo, arena y más arena.



Cansancio (2)

Otro y otro y otro día. Dan vueltas sobre mi cabeza como cuervos, como una guillotina que va a caer cortante y certera, cortante y definitiva. Mientras tanto sigue corriendo el tiempo y sólo escucho el silencio.
Cordura estás ahí?
Por supuesto que no.
Sólo hay hastío
y cansancio de vivir
una vida sin demasiado sentido.

Abismo

Ahora mismo te entregaré un abismo


quiero que seas el dueño de vos mismo


Los gardelitos, Mezcla rara.



Jamás debiera agregarse una foto al cv, a mi criterio. Si es por fotos carnet jamás tomarían a nadie, salvo, excepto, quizás, a alguno tan bello que supere la casi hercúlea tarea de verse presentable. Insistencia insufrible que me vi obligada a aceptar agachando la cabeza el pasado lunes. No hay peor autosabotaje que la foto… he de reconocer. Sólo que esta vez fue consciente. Ver tantas Irenes repetidas me dio la idea de este post aunque ya olvidé casi el 85% de lo que quería poner en un principio.
Paso a explicar lo siguiente (frase introductoria a falta de un buen conector que me resuelva el problema del punto aparte), pero sólo para quienes no lo saben o no han tenido el gusto que se los explique infinitas veces en persona. En el 3er año de la carrera (más o menos a ojo) me enteré que aquello que toda mi vida había visto en la propaganda de Fluido Manchester algo huele mal en Dinamarca, es nada más y nada menos que una puesta en abismo. Id est, algo que se está reproduciendo a sí mismo constantemente, como ser, una foto de una cámara sacando una foto de una cámara y así ad aeternum o hasta que se haga tan pequeño que no se lo pueda distinguir. En este momento el sabio lector debe estar pensando incontables ejemplos; si después lo desea, puede dejar sus apreciaciones en el espacio dedicado a eso.
Una vez explicado esto, vuelvo a la situación de la que partí, con mi cara reproducida hasta el hartazgo en copias de una calidad cada vez más deficiente. La versión final tenía una dudosa sobra oscura sobre el cachete y la pera que de lejos podía pasar por una sonrisa exagerada (estilo Heath Ledger’s joker) o bien… barba (segunda opción que no me favorece del todo pero remarca los aspectos más viriles de mis facciones). En tanto renegaba de este autoabuso voluntario, sacaba las fotos para hacer este post posible y puteaba porque se me hacía irremediablemente tarde, entré a maquinar un poco, sólo para no perder el vicio. Esta puesta en abismo es diferente, repetida mi propia imagen, sentí que contrariamente a potenciar mis posibilidades estaba fragmentando mi todo. Por un lado tenía a la Irene letrada, por otro a la Irene mujer, por otro a la Irene amiga. Irene ácida miraba con asco a Irene sometida e Irene soberbia se reía en la cara de Irene insegura. Al contrario de las personalidades de Girondo, ni siquiera se dignaban a pelearse; optaban por ignorarse, tener su propia opinión la una de la otra y cerrarse cada vez más en sí mismas volviendo todo muy silencioso y árido. Yo, la Irene completa que aún estaba ahí mirando, sentí el insoportable zumbido del silencio casi como hedor a muerte, a una muerte seca, disecada más bien, tipo momia. La Irene entera estaba esperando partirse en todos esos trocitos distintos para finalmente desaparecer o morir o algo, cualquier cosa que sea que sucede luego de un estallido de personalidad. ¿Por qué? Simplemente porque era más fácil. Mi gran defecto es una rara clase de paciencia; la que te hace sólo esperar a que todo termine. Mi grandísimo defecto es acomodarme en esa clase de paciencia y no mover un dedo para que las cosas cambien. Después de todo uno se acostumbra más al dolor y al sufrimiento que a la alegría. Y junto con una piel gruesa le crece a uno una tolerancia al vacío, como un moho que le va apagando el brillo en los ojos. Digamos que parado en el borde del abismo, uno se contenta con mirar para adentro y ver todo oscuro… pero no atinar a echarse atrás. Bien, son muy grandes e importantes mis defectos, como puede comprobar el lector.
En tanto las fotos fueron cortadas y pegadas correspondientemente en su sitio en los cvs. Los sobres sellados y entregados en el diario puntualmente a término. El teléfono no ha sonado, como también era de suponerse. A seguir esperando. Y si antes me quejaba de la esclavitud del trabajo, ahora me incomoda (y preocupa) la libertad del desempleo.
Y como me temía, el post fue casi en un 99% distinto de lo que había planeado (diría con toda seguridad un rotundo 100% pero como no recuerdo lo que había planeado, mejor dejemos la incertidumbre para no decir que exagero, o peor, que miento). Sin embargo salió algo, creo, interesante… o no… no sé, juzgará el señor lector de acuerdo con sus gustos, expectativas y valores literarios.