jueves, 14 de julio de 2011

Qué triste...

Sí, no necesito que nadie me diga que tengo razón para tenerla. No necesito granjearme amistades para autodemostrarme que soy re copada y ganar personas para la causa. No necesito decirle a todo el mundo "hermano/a" para que me quieran más a mí. No necesito de nadie más que de mi y de mi buen juicio que me diga que nadie es mi Dios, nadie es mi señor, nadie me obliga u ordena mientras crea que hago lo correcto. No necesito siquiera tu aprobación, qué triste... qué triste que debe ser tu vida. Y qué triste, sobre todo, darte cuenta de que no te necesito, para nada.

Better off you... 100%