miércoles, 13 de agosto de 2008

... si caigo en el abismo es de cabeza y en línea recta, con los pies hacia arriba y la cabeza hacia abajo y hasta soy capaz de alegrarme de caer así y de encontrar cierta belleza en mi caída. Entonces, desde el fondo mismo de mi vergüenza entono un himno. Es cierto que estoy maldecido, que soy vil e innoble pero no por ello dejo de besar el orillo de la túnica de Dios.
Estoy llorando... ¡Déjame llorar! Esto es quizá una estupidez de la que cualquiera se reiría pero sé que tú no te reirás. ¡También a tí te brillan los ojos! Quiero hablarte ahora de los "insectos", de aquellos a quienes Dios dio la voluptuosidad.


Dostoievsky
Los hermanos Karamazov

2 comentarios:

Syan dijo...

lo de mi flog, si me encanto

Ale dijo...

Me gustó la idea de encontrar belleza hasta en las caídas. Creo que sin ir mas lejos en cada desgracia que nos toca vivir hay cierto aire de esperanza, de dulce melancolía. Supongo que si eso no existiera nos rendiríamos mucho más fácil. Solo que a veces no nos damos cuenta que está, y creemos en eso inconscientemente. Es decir, no bajamos los brazos porque tenemos esperanza, pero en medio de lo mal que estamos creemos carecer de ella. Sin embargo seguimos, y es porque está.

Y de pronto hice un trabalenguas y me perdí de la idea central, que es... que suerte que podamos encontrar belleza hasta en las caídas.

Un beso