domingo, 6 de abril de 2008

"No vayas a atropellar a nadie".
Me dijo Eugenia antes de desconectarme del msn.
"Nah, a lo sumo, una vaca y con el desabastecimiento hacemos asadito".
Y, en efecto, nadie, ni las vacas se cruzaron. Pero la camioneta se encajó. A la vuelta venía pensando, pese al malhumor de mi padre, que no era mi culpa y me sentía tranquila, le podría haber pasado a cualquiera, una recién está aprendiendo. Pero sentía esa pequeña necesidad que derrepente se hizo gigantezca. Me acordé de Mario y del 2004 y pensé...
¿Qué hubiera pasado si...?
(suspiro)
Una lágrima furtiva que apresuré a disimular y secar porque era una estupidez llorar.
¿Es que soy tan codependiente? ¿Por qué cuando estaba logrando redescubrirme empecé a hundirme nuevamente?
La vida se debate en los extremos... de la alegría extática al intento de suicidio.
Cada alegría se multiplica pero nunca es absoluta. Cada tristeza se agiganta y me hunde. ¿Por qué no me siento completa? ¿Por qué vuelvo a perder de vista la luz?
Mañana empiezo con literatura latina
omnia tempus habet? realmente mis esperanzas están puestas en eso...

1 comentario:

Nicolás dijo...

Manejar no es fácil, hay que luchar con otros autos, las motos, las bicicletas, peatones varios y encima.... ir apuntándole a las viejas


reitero, no es fácil jajaja


Saludos de otro blogger puntaltense, cada vez somos más, ojo al piojo