viernes, 25 de abril de 2008

Interruptum 1

¿Qué vas a ser cuando seas grande?
Lo miró descreída revolviendo el té de la mañana. No sabía si hablaba en serio o era uno de sus innumerables acertijos sin solución. Paradojas de lo inalcanzable o delirios de martes a las 7 de la mañana.
Yo ya lo sé... je.
Sonrió medio de costado como solía hacer mientras se llevaba la taza a la boca. Ella siguió mirándolo con la cucharita suspendida en el tiempo. Finalmente bajó la vista: ojos y cuchara hicieron el mismo movimiento descendente. La espumita del té recién revuelta daba vueltas formando círculos alrededor de sí mismos, desintegrándose y volviéndose a juntar azarosamente. Ora de un lado, ora del otro, tendiendo siempre al medio en forma envolvente coronando de blanco amarillento la oscuridad de la infusión. Tenía la boca reseca y entreabierta, la cavilación había durado más de lo conveniente. Apuró el sorbo y se quemó la lengua pero lo supo disimular. ¿Qué le había dicho? ¿Había hablado en realidad?
Alzó la vista y él ya no estaba en su asiento. Iba y venía de un lado al otro con sus cosas en la mano y la eterna premura de lo incontingente. Entreabrió la boca para contestarle mientras le besaba la frente una vez de pie junto a ella; una vez de pie y junto a ella cuando había estado tan lejos hacía un minuto, un minuto en el que el té dio vueltas.
Chau
Sonrisa completa (cálida como siempre) mientras atravesaba la puerta. Su taza, sobre la mesa redonda y la cuchara a un costado. Sólo había probado un sorbo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

clap clap
no, no estas loca, simplemente es muy bueno
besote