miércoles, 17 de marzo de 2010

Imágenes en la retina interna

¿Cómo se hace para acallar a la voz de la evocación? ¿Cómo se deja de ver un rostro especial en otros? ¿Cómo se borra una imagen tan arraigada en nosotros que el más mínimo destello de semejanza la trae a colación?
Flashes de memoria interna que van y vienen; una despedida es igual a todas las despedidas, un beso es repetible, una sensación no es novedosa. Aunque sí es reconfortante esa especie de nostalgia feliz que nos envuelve después de comprobar que debajo de todo los principios que nos rigen, las estructuras son siempre las mismas.
Una mano separándose desgarradoramente de otra.
Un beso fugaz tirado al aire
Un hasta mañana que nunca se concreta
El aroma de la primavera cada año
Un niño llamando a su madre después de un mal sueño
Y la satisfacción de que todo se repite como un anillo y, por lo tanto, lo perecedero, es eterno.

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