martes, 11 de junio de 2013

Apolo

Luz a la noche, miro a través de la pesadilla. La cortina está corrida apenas, pareciera que hay una sombra parada que me observa y yo a ella. La fiebre, con indiferencia, me cierra los ojos. Hacé lo que quieras, llevame o dejame. Me mira y yo no la miro a ella. Silenciosa se queda muda e inmóvil no se mueve. De nuevo con indiferencia, la ignoro, cansada de la enfermedad. Hacé lo que quieras.
En la misma pieza despierto al día siguiente y días más tarde despierto nuevamente. Despierto y despierto de nuevo y parece que no existiera la fiebre, la sombra, la muerte. Hacé lo que quieras me dijo. Y en uno de esos despertares comprendo que mi indiferencia resultó insultante. Y ofendida una luz nueva se lleva.
Ese otro día, prendo la vela. Arde en su luz la muerte del día. Alumbra desde las tinieblas sin saber que ya era niebla. Se consume entera. Y mi cuerpo, en la cama sentado no sabe entenderla. Hacé lo que quieras me dijo; y se llevó una estrella.

In memoriam

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